¿Por qué nadie tiene fuerza para ganar la Liga?
Al macho alfa, inesperadamente, le tiemblan las piernas y los aspirantes al cetro se desperezan. Nada está sentenciado en una disputa sin dueño. La Liga quema y la irregularidad se impone cuando aprietan las costuras de un calendario agotador. Todo se vuelve imprevisible con esta pandemia interminable. El Atlético de Madrid tropieza, cede cinco puntos frente al Levante en una semana cruel y otorga alas a unos enemigos que parecían aturdidos. Se reaviva el fuego de una Liga de sobresaltos.
Simeone se aferra a la competitividad de su grupo y busca el respaldo anímico de la estadística. En La Liga, ningún líder con 19 jornadas disputadas y con 10 puntos de ventaja sobre el segundo perdió el campeonato. Esa era la renta que los rojiblancos atesoraban respecto al Real Madrid y al Barcelona en el último domingo de enero, cuando vencieron 1-4 al Cádiz y sumaron 50 puntos. En esa jornada, el Real Madrid cayó 1-2 ante el Levante (siempre determinante el equipo valenciano) y se quedó en 40 puntos, los mismos que el Barcelona, que se impuso al Athletic por 2-1. Entonces, el Atlético firmó la segunda mejor puntuación de la historia, sólo superada por el Barcelona de Tito Vilanova (55 puntos), en la Liga 2012-13. Un margen que parecía una brecha descomunal y que ahora es una herida de fácil sutura: tres puntos con el grupo de Zidane, aunque el grupo de Simeone con un partido menos.